Mi Pequeña Niña del Pasado… ¡Te perdono!
Mi Pequeña Niña del Pasado, hoy te escribo para perdonarte…
Sé cómo te sentías aquella tarde lluviosa de Junio… ¡sé perfectamente cómo te sentías! Mi Pequeña Niña del Pasado, hoy te perdono, Eras sólo un pequeño puñado de huesos, llevabas mucho tiempo sufriendo, y lo que estaba a punto de suceder te destruiría la vida, te partiría en dos… te borraría.
No, no te merecías eso mi pequeña niña, ¡nadie merece algo así!
Aquella niña frágil, con sus pequeñas manos entrelazadas, mirando esa cama en un frío cuarto de hospital, escuchando el sonido de las máquinas que la mantenían viva. ¿Crees que ella lo merecía? Fue ahí mismo cuando caiste en cuenta de que, aquello a lo que tanto le temías, sucedería.
Antes de esto mi pequeña, tu niñez había sido la más feliz de todas, lo tuviste todo, y de repente tu «todo» te abandonaría… y no, ¡no lo merecías! Tu corazón se volcó en plegarias día y noche, deseando tener la misma fuerza, deseando tener la misma fe que ella tenía.
No hubo un sólo día en que no pidieras, con tus ojos inundados en lágrimas, ¡que por favor no se fuera! Lloraste hasta que tus ojos ya no pudieron hacerlo más… lo sé porque yo también lloré hasta quedarme seca por dentro.
Mi pequeña niña del pasado, ¿Recuerdas aquella tarde lluviosa de Junio? ¿Aún puedes sentir aquel frío cuarto de hospital? ¿Escuchas aún el sonido de las máquinas que le daban aliento? ¿Puedes aún sentir ese dolor al ver ante ti lo que estaba por suceder? Yo lo recuerdo todo como si hubiese sido ayer, y por eso… te perdono.
No fue tu culpa mi pequeña niña, que no pudieras articular palabra alguna. ¿Cómo ibas a hacerlo si tu mundo se estaba desmoronando? Y lo sé, ¡tenías tantas cosas por decir! Pero no fue tu culpa, ¡no! El dolor ahogaba las palabras mientras mirabas al amor de tu vida partir. Sé que sentiste en ese preciso momento, sé que pensabas… ella te abandonaría, y tu frágil y delgado cuerpo, apenas podía sostenerse en pie, mientras mirabas su vida apagarse poco a poco. ¿Imaginaste tu vida sin ella? ¿Qué sería de ti ahora? ¿Quién te amaría cómo lo hacía ella? ¿Habría alguien que cuidaría de ti como lo hacía ella? ¿Quién???
Así que te perdono… te abrazo y te dejo libre mi pequeña niña del pasado. Porque sólo yo sé lo que sentiste, sólo yo sé lo que pensabas… Ella se iba, ella te abandonaba, y a partir de ese momento tu vida cambiaría por completo y nada -absolutamente nada- volvería a ser lo mismo para ti nunca más.
Hoy quiero decirte que está bien sentir enojo mi pequeña, ¡ahora lo sé! Está bien sentir ira también, ¡ahora lo entiendo! ¡Ya no te culpes más! Ella se fue, ¡Sí! Te dejó cuando tu vida apenas empezaba, y habiéndote enseñado lo que significaba el verdadero amor… ¡Ella se fue! Y ese dolor que atravesó tu corazón, yo también la sentí… y aún la siento. ¡No hay dolor igual! Es imposible respirar cuando el aire se ha ido… respirar duele, y vivir duele.
Mi Pequeña Niña del Pasado, ¡te perdono! Ahora que eres fuerte, ahora que puedes hablar, es tiempo de decir todo lo que en ese momento tenías para decir… ¡Dilo! ¡Dícelo a ella ahora! Yo te perdono, porque yo sentí lo que sentiste, yo pensé lo que pensaste, y quizás… ¡quizás ella lo hizo también!
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2 comentarios
Daniela Córdova · 01/02/2021 a las 6:46 PM
Te amo madre! Y ella también te ama ♥️
Catalina Rojas · 01/02/2021 a las 6:53 PM
Lo sé mi amor!! También te amo, hasta el infinito!!
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